El descubrimiento se llevo a cabo gracias a su propietaria, una señora que lo llevó al programa para conocer su valor। La sorpresa fue cuando uno de los expertos del programa comprobó que se podía tratar de una obra del Joven Brueghel। La obra es un tondo, una obra circular de 17cm de diámetro, fechada en 1620.
Los participantes en el programa escuchan primero con interés la descripción de su posesión y a continuación permanecen expectantes a que el experto se pronuncie sobre el valor de la obra, que arranca expresiones de sorpresa o desencanto, según el caso। Es un óleo sobre tabla en la que aparecen una pareja de campesinos bajo un árbol después de la siega। La firma no es clara, aparece en el tronco del árbol, es lo que pudo despistar al anticuario cuando la vendió a la actual propietaria por 100 florines en 1950.
La audiencia de este programa es arrasadora, el programa que hace el descubrimiento de la obra de Brueghel todavía no se ha emitido, saldrá la próxima temporada esperando batir record. La verdad es que la cara que tuvo que poner la señora al comprobar que su obra vale 2200 veces más de lo que pagó por ella tuvo que ser un poema.
Y lo mejor de todo es que esto es una realidad, no tan fracuente como nos gustaría pero es real। La mayoría de las veces se piensa que se tiene una obra de mucho más valor y luego te llevas el chasco, pero a veces ocurre lo contrario.
Lo que me llama la atención de esta noticia es el hecho de que un programa de valoración de piezas artísticas tenga tanta audiencia. Yo creo que en España no tendría ningún éxito. No me gusta que se frivolice el tema del valor del arte pero siempre me parecerá mejor este tipo de programación que la televisión basura a la que nos tienen acostumbrados.
